Biografía

Julián Gómez del Castillo nació el 10 de octubre de 1924 (Santander) en la España donde la mayoría de la población pasaba hambre. Sus padres, Francisco y Lola, son una familia obrera entregada al ideal de Justicia. Su padre tipógrafo, al igual que su abuelo fueron militantes del PSOE histórico. Francisco, su padre, muere en la cárcel tras la huelga de 1934.

Julián a edad muy temprana tuvo que ponerse a trabajar, al igual que sus hermanos. Recordaba en sus numerosas conferencias cómo de niño iba a visitar a su padre a la cárcel y metía los periódicos eludiendo la vigilancia carcelaria, o recaudaban dinero para sostener las huelgas. Le robaron la infancia privándole de la educación formal. Pero ya en su familia aprendió el gran valor que la cultura y la formación tenían para la promoción personal y colectiva.


Nota

Julián fue bautizado el 16 de abril de 1944 e hizo su primera comunión también un 16 de abril.

Recordemos que el 16 de abril es el Día Internacional contra la Esclavitud Infantil que Julián impulsó con todas sus fuerzas


De su padre aprendió la generosidad de darse a los demás en la lucha obrera y de su madre, el sacrificio sin límite y la fortaleza de las madres, cuando se trata de sacar adelante a sus hijos… Por tanto, ya desde niño había percibido, por la acción militante de su padre y la encarnación del sacrificio de su madre la vivencia de la SOLIDARIDAD, como “compartir lo necesario para vivir”. DIOS ES SOLIDARIDAD, fue el último grito que lanzó a la sociedad española para transformarla en más humana. Amor y entrega a fondo perdido es lo único que no puede asimilar este sistema cada vez más totalitario.

A los 18 años, se bautiza (16 de abril de 1944). Julián llegó a la Iglesia, además de por la Gracia de Dios, por el humor de Dios, como él nos decía. Un cura falangista, entonces “enemigo irreconciliable” suyo, le lleva a encontrase con Dios.

Su excepcional amor a la Iglesia nos lo transmitió a muchos de nosotros. Decía: “en la Iglesia siempre la santidad la pone Dios, mientras que las personas aportamos mediocridad y pecado… por eso caben en ella personas como yo”.

Descubre en el mensaje cristiano el AMOR a fondo perdido en la más absoluta y radical gratuidad y qué era la libertad. En una entrevista en televisión le preguntan “¿Y vosotros quién decís que soy yo? Julián responde: “Sin duda ninguna el Gran Libertador. Libertador de todas las alienaciones del corazón humano, tanto de las propias de la naturaleza humana como de las que la sociedad le va imponiendo a nuestro corazón”.  A partir de su bautizo, su vida cobra pleno sentido, junto a su mujer, Trinidad Segurado, una joven obrera con la que contrae matrimonio del que nacieron 4 hijos. Su testimonio matrimonial contagia y entusiasma por su vida solidaria: Cristo es la solidaridad de Dios con los hombres” … “Mi vida ha intentado seguir a Jesús desde una militancia cada vez más radical de encarnación en el mundo de los pobres y por tanto de su liberación. Ello ha llenado mi vida y creo que en ello no sólo me he encontrado con Dios, sino que me he encontrado con ese Dios en los hermanos…”.

Asiste a la primera Asamblea de la HOAC como el militante más joven y allí recibiría las coordenadas fundamentales de su vida: El Amor y fidelidad a Cristo, su Iglesia y los pobres. Fueron el trípode que se manifestó en su vida de Fe, con una entrega creciente y a fondo perdido, sin considerarse nunca con ningún tipo de derecho. Y allí conoce a su gran amigo Guillermo Rovirosa, el hombre que más influyó en su vida militante. Junto a él y un pequeño grupo de militantes conversos, que provienen del socialismo, el anarcosindicalismo y el marxismo, dieron solidez a esa organización y devolvieron la esperanza a una clase obrera hundida y humillada. Fueron muchos los que se plantearon volver a la Iglesia en un proceso de conversión, a través de su incansable trabajo apostólico.

Julián ha sido la persona que a través de su existencia nos ha trasmitido el espíritu y la mística de Guillermo Rovirosa. Y desde que le conoció, hasta el fin de sus días, fue fiel a esa amistad viviendo y testimoniando la espiritualidad de encarnación.

En 1963 fundará la editorial ZYX, las últimas letras del abecedario, una manifestación pública del compromiso con los más desfavorecidos. Junto con Rovirosa y otro pequeño grupo de militantes, será el impulsor de la editorial más importante de la oposición franquista.

A comienzo de los años 80, lanza el Movimiento Cultural Cristiano, al que se dedicará incansablemente hasta su muerte. Sus pilares, como en las otras asociaciones, serán su fidelidad a Cristo, la Iglesia y los pobres, en un proceso permanente de CONVERSIÓN. Con el MCC, nacen las ediciones “Voz de los sin Voz”. Frente a la falta de libertad de expresión y la manipulación de la conciencia, “Voz de los sin Voz” pretende contribuir a la promoción de personas libres y solidarias. Un sistema que niega el pan, la cultura y el trabajo a millones de personas debe caminar por una labor de promoción cultural militante. En este sentido, Julián, se convierte en la persona que más cultura solidaria ha editado y difundido en la España contemporánea, creando unas ediciones que no tienen ningún ánimo de lucro.

Vivió sin descanso, todo para el Reino, y esto le daba una energía que parecía sobrehumana. Tenía claro que el metro es la santidad, y para ello confiaba plenamente en Dios; nunca le conocimos miedo a nada y eso nos entusiasmaba.

Fue perseguido de mil maneras, aún en la forma más simple de silenciar o tergiversar su tarea; y esto lo tenía perfectamente integrado en su vida y, además, contaba con ella de antemano porque él conoció el amor en medio del sufrimiento.

Uno de los regalos más preciosos que hemos recibido en la vida ha sido estar al lado de Julián, a través de nuestro compromiso apostólico, en la misión del Movimiento Cultural Cristiano. No habrá día que pase en el que no demos gracias a Dios por habernos permitido ser sus amigos. Para nosotros,  amigos de un apóstol. Fue capaz de crear una gran pandilla de amigos, que incluso traspasó el océano Atlántico. Los empobrecidos de Iberoamérica han vivenciado que la vida de Julián les ha devuelto la esperanza.

Cientos de personas hemos sido amados por él como sus hijos. Damos gracias a Dios por habernos encontrado con la vida de Julián y Trini, a los que queremos con toda nuestra alma.

Los que queremos seguir el camino de espiritualidad de Rovirosa, tenemos en Julián el gran testigo. Es nuestro hermano mayor en Cristo.

El 29 de octubre de 2006, murió un converso enamorado de Cristo, la Iglesia y los pobres de la Tierra. Su semilla sigue dando fruto. Al igual que Guillermo, Julián vive en centenares de corazones. Hoy, ya muchos niños, hijos de militantes cristianos llevan su nombre en recuerdo suyo.

Tu pandilla de amigos.